En el mundo de la cocina hay un antes y un después en lo que influye a la comida japonesa. Cuando descubres sus sabores, los aromas y las texturas puedes decir que es cómo si hubieras vuelto a nacer. En el momento en que empiezas a hacer gyozas ya es un no parar.
Aquí os dejo mi receta, es un poco laboriosa pero cómo todo lo maravilloso en esta vida, merece la pena, y disfrutar de unas gyozas lo es.
Ingredientes:
Para la masa:
- 300 g de harina de trigo de todo uso
- 150 ml de agua
- 1/2 cucharadita de sal
- Maicena para enharinar
Para el relleno:
- 400 g de carne picada de cerdo
- 150 g de col china
- 2 cebolletas
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita de jengibre fresco picado
- 1 cucharada de soja
- 1/2 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de azúcar
- 1 cucharadita de maicena
- un poco de aceite de sésamo
Para la salsa:
- 2 cucharaditas de soja
- 2 cucharaditas de vinagre de arroz
- 1/2 cucharadita de aceite de sésamo
Elaboración:
Primero haremos el rellano, así dará tiempo mientras hacemos las obleas a que macere la carne y se impregne mejor del sabor.
Picaremos la col china, la cebolleta , el ajo y el jengibre en porciones muy muy pequeñitas, y junto con los demás ingredientes, es decir, la soja, la sal, el azúcar, la maicena y el aceite de sésamo lo agregaremos a la carne y lo ligaremos muy bien. Reservamos en la nevera.
Ahora comenzaremos a hacer la masa para las gyozas. Con 300 g de harina nos pueden salir unas 30 unidades, depende del tamaño que las hagamos. Yo utilizo un molde de aro de unos 8 cm.
Mezclamos la harina con el agua templada y la sal, amasamos unos 5 minutos y comenzamos a hacer las obleas primero con un rodillo y luego con el molde de aro. En esta elaboración debemos usar maicena para que nos sea mas fácil trabajarlas y no se nos peguen. También es importante echar un poquito de maicena entre una oblea y otra cuando las vamos apilando y taparlas con un trapito de cocina para que no se seque la masa.
Ahora las rellenaremos. Nos colocamos una oblea en una mano, ponemos una cucharadita del relleno, humedecemos con agua alrededor del extremo para sellar, y vamos haciendo pliegues por un lado, unos 4 o 5 y uniendo con el otro lado presionando con los dedos. Estos pliegues son muy importantes por es ahí donde se queda la salsa a la hora de comer. Debemos hacer la forma plana en la base. No debemos olvidar poner un poco de maicena en el fondo del plato donde las vamos colocando para que no se peguen.
En una sartén con un poco de aceite de sésamo las ponemos por la base y sólo las cogeremos para ver que se ha formado una costra en la base. En este momento vertiremos una cucharadita de maicena en un poco de agua y lo agregaremos a la sartén, tapamos y esperaremos que se consuma el agua.
Ya están listan para disfrutar de ellas con la salsa bien ligada de soja, vinagre de arroz y aceite de sésamo.
Cocina de Rosi 